Crónica de viaje: Por tierra de los pipiles de San Vicente

Contracorriente
5 min readJun 14, 2023

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Un recorrido inesperado

Es domingo 11 de junio y son las 9:00 a.m., y salgo corriendo para pasar a traer a un amigo, el Fredys, e ir de visita por la paracentral, en alguno de los sitios de El Salvador, que me he empeñado en conocer, para no dejar mojón sin haberlo visto en nuestra tierra.

En efecto, decidimos salir por el Venezuela y pasar por San Martín, antes de buscar el desayuno en el Comedor Yolan, uno de los famosos de San Rafael Cedros (el otro es el Mercedes, que aun no he visitado), así que estacionamos y !sorpresa!!! uno de nuestros queridos amigos, Douglas, estaba esperando turno de pedir su comida, junto a su muchachón, Marcelo. Nos saludamos como debe ser, efusivamente, y ya nos dirigimos al área de la comida para pedirnos unos frijolitos, chorizos, queso y platanito, aunque la variedad es extensa.

La comida en el “Yolan”

Este comedor, fue fundado el 11 de diciembre de 1963 por los esposos Paz, Yolanda y Elías. Luego pasó a su hija Raquel Yolanda y hoy está en manos de la tercera generación. La cebolla encurtida, el vinagre con los palitos para sacar los chilitos, las tortillas tostadas y la comida hecha a leña lo hacen particular.

  • ¿Para donde van, Douglas?
  • Pues, a desayunar y luego veremos que hacer.
  • Nombe, vamónos a vagar a San Sebastián y luego a San Esteban.

No costó mucho convencerlo, así que nos juntamos Douglas, Marcelo, Fredys, Gabriela y yo, nos dirigimos hacia San Sebastián, pasando por la casa de las Maravillas (Conchi, Mónica, Nuvia, y Carlos, que no es mujer, pero es una maravilla), sin detenernos pues no sabíamos si estaban ahí en Santo Domingo. Seguimos en directo a la ciudad de los telares con el propósito de visitar el Museo Octavio Burgos. El cual encontramos rápidamente. Nos ha recibido con mucha amabilidad Johan, y nos ha ido explicando cada espacio del museo. Nos explicaba que el museo se fundó pensando en Don Octavio Burgos, pero luego del triste deceso de Hugo de Burgos, pues se comparten también los recuerdos. Le he contado a Johan que antes de irse, Hugo nos invitó a cenar en su casa temporal ahí por Santa Elena, y me dice: “Yo cociné para ustedes esa noche”, que sorprendente!

Piezas del Museo Octavio Burgos

Vimos fotos de Hugo, unas piezas arqueológicas, me encontré con una foto de Marlon Escamilla, con quien habían visitado un sitio, algunas fotografías de la historia de la ciudad, un himno nacional de El Salvador con la firma original de Juan José Cañas, una reliquia, una victrola con discos: un vals de Strauss, una polka y un Ave María.

El Himno Nacional de El Salvador, firmado por Juan J. Cañas, una reliquia.

Al finalizar el recorrido, Johan nos ha otorgado unos recuerdos de la Acodjar, empresa que aporta para el Museo.

Luego seguimos en camino a este pueblo desconocido para mí: San Esteban Catarina, fue fundado en 1827. El municipio recibió el título de villa en 1871. Durante la Guerra Civil de El Salvador, en la década de 1980 fue una zona conflictiva, por lo que muchos de sus habitantes abandonaron el pueblo y emigraron a San Salvador o fuera del país.

Cuna de los músicos Cecilio Orellana, Esteban Servellón, Domingo Santos, Francisco Romano, Gabriel Melara y otros muchos más, San Esteban continua la tradición.

En los Cerros de San Pedro, tuvieron importantes bases las fuerzas guerrilleras de las FPL y el PRTC, mientras la Fuerza Armada de El Salvador instaló una base militar en el Cerro Las Delicias, en las afueras de la villa.

Es el vivero de los músicos de El Salvador. Una escuela se ha fundado hace algunos años y sigue existiendo, de hecho este domingo llegamos a eso de la 1.30 p.m. y había un profesor y cuatro estudiantes ensayando. Me han comentado que nunca hubo pandilleros ahí, y se entiende por eso de las artes.

La Escuela de música y laiglesia de San Esteban

Se celebra tradicionalmente, el festival de los globos, de forma anual. Parece existir algún divorcio entre la institución encargada de la promoción y difusión de la cultura y la sociedad civil organizada en un comité. Aún cuando está definido que cada segundo domingo de cada año, se celebrará el festival, este año se realizó en sábado, por lo que no pude asistir. Creo que parte de este cambio, tiene que ver con la relación entre la casa de la cultura y comité del festival.

El sello: los globos que se lanzan cada segundo domingo de mayo

El lanzamiento de globos es un asunto muy vistoso y celebrado por todo lo alto, algo que distingue a este pueblo de los otros.

Luego bajamos a la laguna de Apastepeque por una carretera de tierra y empedrados, con una vista fabulosa del territorio de Apastepeque, seguimos la ruta, hasta que llegamos a comer en la laguna donde Norma, que nos sirvió grandes pescados tilapias, de la misma laguna y fresquecitos. La laguna en realidad es un cráter tipo caldera, lo que hace presumir un antiguo volcán.

Desde las alturas, Apastepeque

Terminamos el día en Cafeto Cojutepeque, un café gourmet, administrado por unos amigos, Juan y Yeni, a quien queremos mucho y con quien nos une el amor por las artes. Ahí Douglas se puso a la orden, desde sus atribuciones laborales. En fin, domingo de lujo.

Cerrando el día en Cafeto

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“Tus ojos en el camino, tus manos sobre el timón”

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