Cultura: conversaciones en torno a la identidad

Contracorriente
5 min readOct 21, 2022

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El viernes pasado en una conversación interesantísima, después de una conferencia de un amigo mejicano, y ya a la luz de varios refrescos de tamarindo, de horchata y de arrayan salió a relucir el tema de la generación de la identidad nacional, como referencia obligada a la ausencia de grandes referentes identitarios alrededor de los que se junte la sociedad salvadoreña, y en comparación obligada al tantas veces traído nacionalismo mejicano.

Desde luego, que la conversación delineó sobre los referentes que le dan identidad a un pueblo, en la búsqueda de la construcción de una nación, ahí aparecieron los muralistas con su trabajo masivo, difundido ampliamente entre la población mejicana y los jóvenes pintores que se ven reflejados en ese muralismo y que lo adoptan como parte de su identidad. También apareció el asunto del Chavo del 8, Hugo Sánchez, Agustín Lara y más… ¿por que se convierten en referentes? Fundamentalmente porque son aceptados por la población en general. Porque todos se identifican, en cierta medida, mas o menos, con su representación o actuación.

Tres grandes muralistas mexicanos: Orozco, Siqueiros y Rivera

Desde luego, discutimos sobre los referentes identitarios salvadoreños, y pocos nombres aparecieron, ¿Quién en pintura?, ¿Quién en deporte?, ¿Quién en política?, ¿Quién en cine?, ¿Quién en literatura? ¡Que símbolos nacionales? ¿Por que no son apropiados por la población? Diversos y ningún acuerdo. Bueno, pocos acuerdos, Monseñor Romero fue lo mas fuerte, pero pienso que lo fue para este grupo de amigos que nos encontrábamos ahí, donde no había la representación de la sociedad salvadoreña.

5 de los salvadoreños mas famosos: Acosta, Valdivieso, Fernanflo, Salazar y el Turrón. Aportes para una identidad.

Luego buscamos, sin esfuerzo debo decir, los elementos referenciales identitarios y en efecto, el tema culinario -de comida, pué-, el asunto de lenguaje -que chivo!-, el Salvador del Mundo, Los Planes, la playa -construida publicitariamente, aunque bondad tiene- y algunas que otras cosas, pequeñas y de poco alcance.

That is the question, argumentaba Shakespeare ante la pregunta “To be or not to be?”, y ahí mi pregunta ¿somos o no somos?

Identidad significa “la propiedad de ser quién se es”, esto no lo dice Cantinflas, para usar a un referente identitario mejicano, lo dice Miguel Santagada en un artí-culito sobre Identidades, así, en plural. Y es que ya no tenemos una sola identidad, la rutilante cotidianidad de la modernidad, la invasión masiva de los medios de comunicación (masivos también), nuestra virtual intromisión en realidades virtuales como el Twitter, Fb, Instagram, para nombrar los mas comunes, el uso de estos blogs, etc, que tienen características propias, hacen desarrollar identidades ¿virtuales’. Nuestros roles sociales padre, madre, hijo, amiga, deportista, alumno-profesor, motorista, novio, escritor, futbolista, cocinero, etc, también nos establecen una identidad particular en cada momento.

las identidades

Hemos dejado de tener identidad, para empezar a tener identidades, la consciencia de ser nosotros mismos, de reconocernos nosotros mismos en referencia a los demás, grupal o colectivamente.

Y voy a mi punto, ¿podemos adquirir identidad nacional a través de referentes extranjeros? Es decir, el hecho de que a cualquier persona, le guste la música extranjera no significa que no tenga identidad, mas bien que en ese caso, tiene una identidad de los que les gustan los músicos extranjeros.

El reciente partido entre los dos equipos “nacionales” con la mayor afición (Barca y el otro… Real), aclara sobradamente que hemos dejado de ser quienes éramos, para convertirnos en lo que no somos. No somos españoles. Juegan futbol bonito, pero no somos españoles. También juegan bonito fut en Holanda, en Alemania, en Italia, en Brasil…. pero, la comunicación global, la publicidad nos hace ver hacia España, en una nueva conquista, sin armas, pero con tecnología; con un nuevo Dios, sin cruz, pero con antena.

fans del Barca y el R Madrid

No, no podemos adquirir identidad nacional por medio de referentes extranjeros. ¿Será que ya no habrá referentes nacionales, si no que, en virtud de la aldea global, tendremos referentes globales?

La validez en la admiración por lo extranjero, no por extranjero, sino porque es bueno se limita conceptualmente. Admirar no es fanatizarse, dogmatizarse, embrutecerse, alienarse. Es clara la contribución de la comunicación global, la incidencia del mercantilismo en la promoción de una identidad. El mundo esta corriendo en busca de una identidad global, y quienes aportan a esos referentes no somos los países que estamos buscando desarrollo. Quiero decir, Mágico no será el referente global, si acaso, nacional. Salarrué o Masferrer tampoco serán esos referentes. Ni la Cola Champan. Nuestra condición económica, nuestra influencia en el mundo político, en el mundo cultural, es de sometimiento, por mil razones, algunas de ellas esbozadas con claridad por Jared Diamond.

San Romero

Como bien dice Roger Batra, “…los mitos nacionales no son un reflejo de las condiciones en que vive la masa del pueblo, sino el producto de operaciones de selección y transposición de hechos y rasgos elegidos según los proyectos de legitimación política”, de otra manera: es de manera política que se define como debe pensar la masa. Un amigo mío siempre decía, ante mi admiración por el Mágico, que a este, quien lo definió como ídolo nacional, fue el Estado… mas bien, el gobierno. Solo con el único afán de crear un ícono. No he visto mejor ícono que la Selecta, capaz de aglutinarnos a todos (¿a todos?) en derredor de un proyecto.

Las identidades se van formando, se van construyendo, se van organizando, pensando, preparando, “el consumo es un modo activo de relación (no sólo con los objetos, sino con la colectividad y el mundo), un modo de actividad sistemática y de respuesta global en el cual se funda todo nuestro sistema cultural” de acuerdo con Jean Baudrillard.

¿Obedece la identidad -resultado de un proceso de construcción- a un interés político, de poder, desde donde se nos prepara para ser como somos? ¿Es MTV un paso en esta construcción global? Quizá haya que releer a Althusser, para entender mejor esta situación.

Bien dice Miguel Santagada, “¿No es razonable sospechar que detrás de cada intento de construir la identidad hay una respuesta a un proyecto antagónico?”

Digo yo, ¿No es lógico que nuestra falta de identidad sea el resultado de un esfuerzo planificado para malograr la construcción de la nación cultural?

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“Tus ojos en el camino, tus manos sobre el timón”

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