Desinformar, desprestigiar: Fake news
Julio Martínez
Jamas antes como ahora, uno puede caer en la trampa de la noticia, a propósito, falsa. Un peligro para el periodismo serio, la democracia y el ejercicio del poder.
El término “fake news”, se refiere aquellas informaciones que se ofrecen en medios de difusión poco conocidos o desconocidos absolutamente, que se difunden a través de la red y particularmente el Facebook. Una clara intencionalidad de manipular sentimientos, opinión, actitudes y actos del consumidor de la noticia falsa.
Las noticias falsas, se crean y difunden desde organizaciones o individuos que tienen un propósito clarísimo, intencionado, deliberado y perverso de engañar, provocar errores, desprestigiar, o en sentido contrario, enaltecer a una persona, entidad o institución. A partir de eso, obtener los resultados que sus objetivos persiguen. Generalmente, estos son relacionados con redituabilidad política. Es decir la noticia falsa están relacionados con la estructura y ejercicio del poder.
No deben considerarse como información o publicidad sino como propaganda, vinculada a la posverdad. El concepto de posverdad, debe entenderse como la información, aseveración o datos, que buscan generar una incidencia en las emociones, aspiraciones, creencias y deseos de la población, usando mecanismos como la mentira, la omisión, la tergiversación o las medias verdades.
Desde luego que la comunicación busca esto también, pero desde la, digamos, una versión más auténtica de los hechos. La posverdad, no alude a hechos objetivos sino a la provocación del subconsciente, para asumir una comunicación falsa que engrana o desengrana con el conocimiento previo del sujeto y, que éste se encuentre impulsado, a promover la difusión de esa misma noticia ya sea por chocante o aceptable, en medios a su disposición, de ahí que la desinformación puede alcanzar cifras insospechables de repetición, especialmente si se usan redes sociales.
En este sentido, es importante destacar que las redes sociales y en general, la internet, facilitan que usuarios malintencionados, sean productores y consumidores de contenidos engañosos, falsos o fabricados, los cuales pueden ser difundidos de una manera rápida y exponencial.
En la comunicación política inmoral, existe la construcción y manipulación de medias verdades o mentiras por completo que, se construyen a efectos de lograr una base electoral, con actitud positiva hacia la idea o el sujeto político que las emite.
Desde luego que, el uso de las noticias falsas, tiene un fuerte impacto negativo en la construcción de las sociedades democráticas, en la medida que se pone en riesgo la construcción y difusión de la verdad cómo pilares de la toma de decisiones de la población y de los representantes en el gobierno.
La democracia es un bien que hay que cuidar, esa es la base para el desarrollo en nuestro sistema.
Hay formas de evitar la propagación de las fake news, unas mas destacables que otras. Entre éstas, podemos encontrar la construcción de un periodismo veraz y objetivo, ojalá independiente y de prestigio, así como el hecho de que, los consumidores sean capaces de identificar, a través de reglas sencillas, a una fake news. Entre estas reglas tenemos: determinar el prestigio del sitio web que la difunde, el hecho que la noticia esté calzada con un nombre reconocido en el ámbito del periodismo, y triangular la información, es decir buscar otros sitios que tengan emisiones vinculadas con el tema que nos ocupa. Dos últimas: no replicarlas y despojarse del interés de manipular a otros.