Doblegar

Contracorriente
4 min readAug 3, 2015

@juliomartinez

Los últimos acontecimientos en el país, este que amamos, que lo llevamos tanto por dentro, no ofrecen más que desesperanza, y la población en general se hace la pregunta, “¿hasta cuándo?” y la respuesta no se escucha, tal vez sea que nadie osa a responderla por que no se tiene.

Pienso que nuestros dirigentes políticos no han sido capaces ni de prever ni de resolver y la estafa más grande de la que hemos sido sujetos es que mucha gente votó pensando que tendría soluciones, y compraron producto “made in Taiwan. (No, yo no voté y aún cuando algunos me reclamaron dije exactamente lo que pensaba: ninguno convence, no hay buenos ahí, solo malos).

Yo creo que la gente vota pensando de buena fe, y algunos lo hacen sabiendo que la garantía de sus privilegios se encuentra en la consolidación de sus estructuras partidarias de poder, que incluyen sus brazos en el gobierno.

Servirse es el lema, aunque no sirven para nada. El Salvador tiene mas de veinticinco años de saberse atacado por las pandillas, y no ha resuelto el problema, cada vez más ellas muestran sus formas de poder, el ataque, la marca sobre la piel, el cuchillo, el disparo, el terror.

Una acción sobre la acción es “Una relación de violencia actúa sobre un cuerpo, sobre cosas: fuerza, doblega, quiebra destruye; contiene todas la posibilidades. Por lo tanto, no tiene cerca de ella otro polo que el de la pasividad”(Dreyfus, Rabinow y Foucault, 1984), las acciones de las maras tienen ese doble juego que es tan esclarecedor cuando se logra comprender: El juego del poder con sus polos, los que oprimen y los que se someten. No necesitamos racionalizar tanjto para saber donde nos encontramos la población.Este poder de las maras se ha ido introduciendo en la gente tal como pasa con los años, como sucede con la gordura, como llega el atardecer: de a poquito.

Y ellos se fueron dando cuenta que tenían capacidades, como nos pasa a todos, sin embargo, no todos somos malos. Ellos sí, y quienes les defienden son igual o lentos de aprender.

Ellos supieron que no requerían de mucho para hacerse obedecer, “Es obvio que hacer uso de las relaciones de poder no es emplear exclusivamente la violencia u obtener el consentimiento. Sin duda alguna, ningún ejercicio del poder puede prescindir de uno o de otro, y con frecuencia de ninguno de los dos”. (Dreyfus et al. 1984), asi es como a veces nos pasa, no me han golpeado, ni violentado y no doy mi conssentimiento sin embargo, obedezco.

¿Qué buscan los pandilleros? Mientras unos piensan que demostrar su poder, otros creen que están tratando de negociar, por ejemplo, BBC Mundo dice “Y en los últimos meses las actuales autoridades salvadoreñas también han arreciado su ofensiva en contra de los pandilleros, quienes parecen esperar que esta nueva exhibición de músculo fuerce una nueva negociación”. (BBC Mundo, julio 30, 2015). Yo soy perverso y aunque a veces soy ingenuo, otras soy alcanzativo, problemas de la edad y deformaciones de costumbres. Pienso que las maras solo están tratando de entender cuánto es su poder, que capacidad tienen de aterrorizar y hasta donde llega la facultad de reaccionar de los cuerpos de seguridad. No soy el único que piensa que esto es así, la otra mañana estaba con unos amigos en una actividad formativa y uno de ellos, el conferencista, hizo el mismo análisis.

Voy un poco más allá, creo que las pandillas tienen la cantidad de gente que hasta les sobra para poner de rodillas al Estado. También tienen algo que valoro mucho que es la pasió n por lo que hacen, y pienso que por suerte no cuentan con las armas suficientes para ponernos a parir a todos. Todavía no, pero ya la veo venir.

Habrá quienes aun no se enteran del poder de la pandilla, en particular del Barrio 18, que ya debe haber motivado los celos de la 13, quienes quizá quieran demostrar que ellos también pueden.

Para quienes aun no saben cuánto puede la pandilla, debo decirles que no pecan, en ocasiones es mejor no saber, que saberse sometido. Cuando uno sabe, no es cierto que está debajo, “una relación de poder se articula sobre dos elementos que le son indispensables para que sea justamente una relación de poder: que “el otro” (aquél sobre el cual se ejerce) sea reconocido y permanezca hasta el final como sujeto de acción” (Dreyfus et al. 1984).

También es cierto que lentamente, como la rana del agua hervida, termina siendo cocinado y quizá hasta cenado.

--

--