Entre la cultura y el virus
Nuestras prácticas culturales tienen una fuerte incidencia en la propagación del virus, y nos negamos a abandonarlas
El virus, a juzgar por las informaciones de las que disponemos, surge como el resultado de la alimentación de ciertos animales en China, animales que no son comidos en otros países del mundo, y no es necesario para su propagación, de ello nos encargamos nosotros, los humanos.
Las medidas de prevención, las que sirven para evitar riesgos se encuentran con uno de los obstáculos mas grandes que pueden existir para modificar hábitos: la cultura.
El aparecimiento mismo del virus se relaciona con prácticas culturales alimenticias. Es cierto que en El Salvador, hay quienes les gusta comer animales que no son parte de la dieta tradicional compuesta por cerdos, reses y aves de corral. Hay gente que come cuzucos o armadillos (que podrían transmitir enfermedad de Hansen o Lepra), garrobos o iguanas, serpientes y tortugas (que son, como todos los reptiles, vectores casi seguros de salmonella. Por suerte, cada vez menos gente, come de estos animales en el país. Y no es cierto ese dicho de que “todo lo que se mueve, se come”. En Levítico hay muchas orientaciones sobre qué y no comer.
La difusión del virus, se relaciona con muchas prácticas culturales especialmente con la próxemica, esa distancia social a la que nos acostumbramos y sentimos bien. La población en países mas fríos tiene a una próxemica mayor, mientras en países mas cálidos, con una cultura mas alegre, pachangera, la distancia es menor. Y eso es una especial contribución a la propagación del virus, tanto como abrazarse o besarse en las mejillas, peor si lo haces dos veces, como acostumbran españoles. Quizá un himno de esta pandemia debe ser esa canción de Yuri “dame un beso, no, no, no”.
La gana de salir de noche, y a lugares de recreación como discotecas, restaurantes, ferias, y demás, favorece el contagio. Pienso que el metro en México y los autobuses en El Salvador, tienen y deben ser sanitizados (o saneados como dice Juaco), para evitar riesgos. Yo, de Viceministro de Transporte, lo haría en cada viaje.
Los decretos para eliminar los riesgos de contagio que aluden a quedarse en casa, no aglomerarse en los supermercados, velatorios con apenas 10 o 20 personas, son por ello rechazados desde la población, nuestras prácticas culturales son díficiles de vencer. Por cierto, anoche metieron presos a varios sujetos que, desafiando las normas impuestas, se fueron a beber licor a las gasolineras. En serio, es mas díficil de vencer el virus. Superar a la cultura es la lucha entre la vida y la muerte.