Los profesores se las saben todas, bueno, algunas
Una emergencia de salud que devela debilidades de los docentes
Durante esta epidemia, uno de los primeros sectores en reaccionar de manera casi instantánea fue el educativo superior privado, y no se ha detenido. Empresas de distinta índole han suspendido o cerrado sus acciones parcial o totalmente, mientras la tarea educativa se ha mantenido sin pausa.
Eso se debe sin duda, a la agilidad de pensamiento de sus dirigentes y a la capacidad de adaptación de los docentes, la primera línea de la calidad universitaria.
Se integraron de inmediato a un modelo educativo en muchos casos, desconocido para ellos, este modelo que consiste en una recopilación o síntesis de distintas teorías y enfoques pedagógicos, entre los que se encuentran el aprendizaje colaborativo, el constructivismo y el conductismo (sí, el conductismo, amigo inseparable de la educación) que orientan a los docentes en la elaboración de los programas de estudio y la sistematización del proceso de la enseñanza y aprendizaje.
En otro orden, mucho más concreto se encuentra la didáctica, que alude a los métodos, técnicas e instrumentos utilizados para facilitar la enseñanza - aprendizaje; que es finalmente junto con la habilidad del docente de estructurar su planteamiento pedagógico, la parte que al estudiante le asombra o aburre.
Los centros educativos universitarios, unos más y otros menos, dependiendo del foco al que la institución trata de dirigirse, cuentan con docentes de dos tipos: los que siguen procesos tradicionales en aula, que cuentan con formación depurada en su especialidad y han logrado capacidades educativas muy buenas y los que han dado un salto grande para entender los enfoques de la virtualidad y han logrado adquirir grandes capacidades para la gestión de plataformas y aplicaciones informáticas, basadas en esto que llamamos tecnologías aplicadas a la información, la comunicación y la educación.
Los primeros son los menos, nuestra educación superior aun no se ha transformado de presencial a virtual, está caminando y esta crisis ha acelerado un poco el paso: profesores que se han obligado a trabajar con tics, estudiantes que han experimentado por vez primera la virtualidad, un grupo de 50% de estudiantes (según investigación GMI) en El Salvador, están interesados en seguir procesos virtuales en el futuro inmediato.
Los docentes que venimos de lo presencial a lo virtual emergente, también podemos dividirnos en dos sub grupos, sin que esto sea taxativo:
- Los que no logramos despegarnos de la tradicionalidad presencial en un esquema que apenas usa la tecnología y que provoca quejas en el estudiante (“solo pdf´s envía”, “por correo electrónico nos manda las cosas”, “apenas ha hecho un grupo de wassapp”, “lo que hace es enviarnos links”)
- Los que somos muy habilidosos, nos gusta la tecnología, le buscamos el enfoque mas apropiado a la virtualidad, nos ocupamos en entenderla, aunque no seamos docentes virtuales, indagamos sobre procesos, plataformas, aplicaciones que, didácticamente, sean contribuyentes al aprendizaje.
En este marco de la pandemia y la educación, es importante hacer transformación de actitudes del docente, probablemente una tarea que tenemos es buscar comprender el futuro inmediato, el cambio de paradigmas se ha dado de manera, como dicen algunos, “disruptiva”. El mundo de la educación no volverá a ser igual, y en un proceso de cambios y adaptaciones, el darwinismo social será evidente: los más aptos, sobrevivirán (al nuevo sistema educativo).
La cultura se ha transformado a partir de la salud y no estamos todos, preparados eficientemente para enfrentarla, entonces, debemos procurar el refuerzo de las facultades o competencias en tres líneas:
- Pensar mas las teorías educativas para aplicarlas adecuadamente a este contexto de “virtualidad” (francamente creo que no debemos encasillar el concepto, pienso que estamos usando aspectos de los virtual y nos conectamos sincrónicamente, como emulando lo presencial)
- Entender mejor las estrategias de este “nuevo” modelo de educación, para tener mejores resultados al aplicarlas eficientemente
- Buscar, empáticamente, entender al estudiante que también sufre estres en este nuevo proceso: nuestras explicaciones, claras para nosotros no los son tanto para ellos. Esperan y añoran al docente presencial con sus palabras, gestos y tonos. Explicaciones en detalle, que en lo virtual se hacen poco y dificultan el aprendizaje.
Lo dicho, es un poco falso que los docentes nos las sabemos todas.