Percepción del estudiante sobre la educación virtual (mayo de 2020)
1. Contexto:
Algunas preguntas que deben responderse inicialmente son las siguientes:
¿Qué es un coronavirus?
“Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). El coronavirus que se ha descubierto más recientemente causa la enfermedad por coronavirus COVID-19” (WHO, 2020).
¿Qué es la COVID‑19?
“La COVID‑19 es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente. Tanto este nuevo virus como la enfermedad que provoca eran desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019. Actualmente la COVID‑19 es una pandemia que afecta a muchos países de todo el mundo”. (WHO, 2020)
En diciembre de 2019, el Médico chino Li Wienglian, informó del aparecimiento de un nuevo virus, del tipo Coronavirus, con un alto nivel de contagio y con una letalidad entre el 2 y el 4%. El Dr. Wienglian se contagió de la enfermedad y falleció en febrero de 2020 (BBC, 2020).
El epicentro del origen de la enfermedad es Wuhan, China y se ha identificado que corresponde a una zoonosis, posiblemente una transmisión del virus desde el murciélago hacia el pangolín, que es apetecido como una comida exótica en la China. También existen las versiones que consideran a la enfermedad como una conspiración de alguno de los países con intereses económicos o reducción de la población mundial (Scharer, 2020).
A inicios de marzo de 2020, el Presidente de la república de El Salvador, anunció que debía tomarse medidas contra la enfermedad, pues a ese momento, las noticias anunciaban una pandemia, con un gran número de enfermos y muertos en el mundo. A inicios de la segunda quincena de marzo, se anunciaron las primeras medidas, el 12 de marzo, Excélsior de México, publicó:
“El Salvador es uno de los pocos países de América Latina que se dice libre de casos del nuevo coronavirus. Sin embargo, el presidente Nayib Bukele impuso las que quizá son las medidas más estrictas de la región al determinar, entre otras cosas, la prohibición de entrada al territorio de cualquier extranjero. ¿Qué podría implicar esto para el país centroamericano?
Bukele aseguró que esta decisión no afectaría el sistema económico del país y se reunió con las cúpulas empresariales para exhortar “a continuar la producción, e, incluso aumentarla; mantener nuestras exportaciones y aumentarlas para paliar el golpe económico”. Agregó que el gobierno presentará a la Asamblea Legislativa un Plan Anticrisis, el cual contempla un presupuesto de 2.000 millones de dólares para paliar la caída económica” (Excelsior, 2020)
El 11 de marzo, la presidencia ya había decretado el cese de las clases en todos los niveles en El Salvador, y hacia el 18 de marzo, la suspensión de actividades dentro de los recintos educativos. El 18 de marzo mismo, fue identificado el primer caso de covid 19 en el país. Desde entonces y a esta fecha (30–04–2020), el número de contagios ha crecido como ha sucedido con otros países, debido a la facilidad de contagio del virus.
2. ¿Por qué hacer una investigación de este tipo?
Un grupo de docentes de distintas universidades de la región, iniciaron una serie de conversaciones en el marco de lo no institucionales, sino más bien como una preocupación profesional en torno al trabajo educativo virtual que realizan en el contexto de la emergencia, para poder entender mejor la situación como proceso y explicarse que sucedía con los actores, en particular con los docentes, la currícula, los estudiantes y los métodos educativos usados en la emergencia. Este trabajo, se focaliza en la valoración que los estudiantes de universidades privadas en El Salvador, y busca explicar que sucede en el sector privado de la educación superior, y más concretamente, como los estudiantes valoran el proceso educativo.
3. Objetivo de la investigación:
Comprender la percepción de los estudiantes de universidades privadas de El Salvador, acerca de la educación virtual en el contexto de la emergencia Covid 19, en el año 2020.
4. Hallazgos:
Los estudiantes encuestados se ubican mayoritariamente en el primer año, y secuencialmente existe una disminución de los años siguientes, casi lógica pues es cómo funciona la matrícula también. Las variables que afectan a esta población, fundamental en el desarrollo de instituciones privadas de educación superior, deben profundizarse aún más. (Maldonado, 2020) Los niveles de estudio se han visto afectados, todos por igual.
La educación virtual es relativamente novedosa en el país, los primeros pasos en virtualidad se dan en el año 2006, en la Universidad Tecnológica de El Salvador y Don Bosco, y luego en otras universidades privadas. Es hasta hace unos cuatro años que la universidad estatal, la UES, empieza sus planes para introducir la virtualidad. Hay un desarrollo desigual en las universidades privadas, unas con mayor tecnología (en especial, plataformas) y otras intentando resolver los problemas actuales con la tecnología disponible en el mercado (en particular, aplicaciones), con mucha iniciativa del docente. Las tecnologías que se usan son de dos tipos: plataformas, que tienen un carácter más institucional, y aplicaciones, las disponibles en internet, sin pago y diseñadas en buena medida para dispositivos móviles.
Apenas una cuarta parte de los estudiantes universitarios, tuvieron previamente una experiencia virtual. A ellos, el cambio abrupto de lo presencial a lo virtual, les afectará menos. Debe pensarse como una introducción a lo virtual a futuro, que los pensum consideren al menos una asignatura de esta modalidad en los primeros ciclos, pues el escenario apunta a que se pondrá énfasis, en el mundo, en la educación virtual. (Briñis Zambrano, 2020)
Este asunto incidirá, como veremos más adelante, en sus percepciones acerca de la educación, las virtudes de las tecnologías y confrontará sus habilidades para acceder a este modelo educativo. Un desafío no solo para profesores, sino uno que alcanza también a las habilidades tecnológicas del estudiante, y sus posibilidades con los dispositivos y con la conectividad la que, en El Salvador muestra su faceta más complicada a la hora que el estudiante debe acceder a la virtualidad educativa.
En el caso de los docentes, los que tienen menos habilidades (o disponibilidad en sus dispositivos, que pueden ser teléfonos, tablets, laptops o pc), usan una solamente una aplicación en su mayoría, seguidos de un grupo del 48% que utilizan dos. Considerando que, hay un traslado abrupto de lo presencial a lo virtual, que una de esas tecnologías es el popular whatsapp, al menos en la mitad de los casos docentes, no hay una habilidad o capacidad suficiente para hablar de educación virtual en la extensión de su concepto. En principio, no existía una preparación de ningún sector para esta crisis, y los docentes ni estudiantes han desarrollado una cultura de lo virtual. Los docentes más hábiles, ya sea por su formación en docencia virtual o por sus habilidades en el uso de aplicaciones, usan en promedio, 2.5 aplicaciones para satisfacer las necesidades metodológicas de los estudiantes. Una sola no cubre todas las posibilidades metodológicas educativas de la enseñanza y tampoco las del aprendizaje. Lo que una tecnología tiene, a otra le hace falta y viceversa.
Así como un 75% de los estudiantes expresaron que nunca antes tuvieron una asignatura virtual, en la misma forma, ese mismo porcentaje considera que la educación virtual es más difícil. No haber tenido previamente la experiencia, no haber desarrollado lo que llamamos “la cultura” de la educación virtual, o más bien una mezcla de educación virtual sincrónica y asincrónica, así como educación a distancia, en este marco, el cambio repentino de lo presencial a lo virtual, ha afectado su percepción de la virtualidad de una manera más justa. (Maldonado, 2020)
La educación virtual ha transformado sus conceptos también, desde la consideración de Renata Curci (2004), hasta nuestros días:
“[…] el proceso de enseñanza–aprendizaje se imparte totalmente a través de redes y computadores, no existe instancias presenciales. La entrega de los contenidos se da en formato electrónico, se realizan actividades donde se desarrolla el trabajo colaborativo y se utiliza para ello comunicación sincrónica y asincrónica a través de chat o foros de discusión, respectivamente, también se utiliza el correo electrónico para la entrega de dichas actividades. Estas actividades cada alumno las desarrolla de acuerdo a su disponibilidad de tiempo”. (Curci, 2004)
Esas ideas de hace 15 años, han evolucionado, al ritmo de las tecnologías: conexión virtual sincrónica, contacto con videocámaras. salones virtuales con altas capacidades, chats instantáneos, ¿Correo electrónico? Parece cosa del pasado en la educación virtual, pues servicios de mensajería como Messenger y whatsapp suplen sobradamente al e mail.
Uno de los aspectos que más llama la atención es el referido a que, “el aprendizaje es más difícil por medio de lo virtual”, que puede explicarse por dos vías: no todos los docentes tienen una formación de educadores virtuales, ni todos poseen o tienen habilidades para usar todas las tecnologías (hace falta un estudio que respalde esta afirmación), al igual que del lado del aprendizaje, los estudiantes tienen dificultades para gestionar su educación virtual. Es verdad que muchos tienen habilidades informáticas, en particular en el manejo de redes sociales, pero la educación virtual requiere de entender como ingresar a un salón virtual, usar las cámaras y audios de los dispositivos, y contar con la conectividad necesaria; a eso también hay que agregar que algunos docentes emplean controles de lectura, tareas complicadas y vínculos en videos que pueden tomar más tiempo del estudiante, que en lo regular, asistía a sus clases con un horario fijo, con menos tiempo para dedicarle. (Briñis Zambrano, 2020)
Grafico 1: ¿Por qué es más fácil la educación virtual?
Algunos estudiantes expresan que son los horarios los que facilitan la educación virtual, aunque algunas universidades están trabajando con los horarios acordados desde el inicio del ciclo y los estudiantes se conectan a la hora convenida en su carga académica. Otras universidades probablemente tienen horarios asincrónicos y ello les da facilidades a los estudiantes. Más relevante parece ser el hecho de contar con una diversidad de tecnologías disponibles (“sumar uso de varias técnicas” y “tecnología”, un total de 42.3%) que se complementan.
Otro grupo de estudiantes consideran más difícil la educación virtual, en un abanico muy diverso de variables. Se destacan en este abanico el acceso a la tecnología (dispositivos, habilidad en el manejo de aplicaciones). Es un supuesto que, el aparato más utilizado por los jóvenes para su conexión en educación virtual es el teléfono.
En los últimos años, los dispositivos de telefonía celular, cumplen una multifuncionalidad como teléfono, cámara fotográfica, grabadora, videocámara, recepción de correos electrónicos, mensajería instantánea, aparato de juegos, calculadora, buscador de información por internet y demás. Una computadora en miniatura, y es claro, a teléfono más caro, corresponde una mayor funcionalidad. Algunos teléfonos solo reciben mensajes de audio, y otros cuentan con muchas posibilidades, estos son propios de población con mayor capacidad adquisitiva. La conectividad en el país, es correspondiente con los ingresos de la familia.
A ello sumamos que, los estudiantes presenciales, que han tenido a lo largo de su vida formativa, un proceso educativo con un docente presencial, “de carne y hueso”, que está al frente del grupo de alumnos, ahora, en la emergencia, no lo está más. No se puede preguntar e interrumpir, tampoco están las gesticulaciones que acompañan la explicación, los tonos de la voz se han vuelto más planos. Un 70% de los estudiantes consideran estas dos variables como los obstáculos más fuertes para el aprendizaje en lo que estamos llamando “virtual”, a pesar de lo sincrónico del proceso, y de que se utilizan técnicas de asincronía en un proceso que es ambigüo, que parece virtual pero que también parece presencial (Maldonado, 2020).
La conectividad de los estudiantes es diversa, un tercio se conecta por el teléfono celular, con los “datos”[1] del móvil mismo. Como hemos anotado antes, la conectividad por el teléfono no es la mejor manera de recibir educación virtual, en distintas universidades una condición para inscribir asignaturas virtuales es la disposición de un pc o laptop y conectividad internet domiciliar. Casi el 60% usa la conexión de su hogar, este es el grupo de privilegio, que tiene esta posibilidad. Del otro lado, hay que decir que el 40% tiene una conectividad de menor calidad. Hay un 3.6% que solamente usa whatsapp, es decir, texto y audio. Sin importancia estadística, pero sí anecdótica, encontramos que algunos, muy pocos, van a la casa de su amigo o se roban la señal de otros hogares para establecer su conectividad. El dispositivo usado es clave para la recepción de tecnologías de aprendizaje, y además para entender el rol de subordinación de la institución privada al estudiante: debemos adaptarnos a sus posibilidades. (Corpeño Gochez, 2020)
Por otra parte, a pesar de lo abrupto del cambio, los estudiantes perciben en un 40%, que los docentes son expertos en el uso de la tecnología; al igual que otro 40%, con poca experiencia, pero haciendo esfuerzos por resolver las necesidades que le presenta el paso a la emergencia.
Una quinta parte de los docentes son percibidos con fuertes debilidades por los estudiantes. Es importante, en función de la calidad, que las universidades formen a sus docentes no solo en las plataformas institucionales para la virtualidad, sino de manera integral y amplia en el uso de aplicaciones que sumen a las posibilidades metodológicas del docente para favorecer el aprendizaje, el asombro y la atención del estudiante. (Corpeño Gochez, 2020)
Gráfico 2. ¿Qué opina de la educación virtual?
El 46.5 % de los estudiantes valoran a la educación virtual que están recibiendo en el contexto de la emergencia, como buena o muy buena. Dadas las condiciones en que esta se ha implementado, se ha hecho esfuerzos positivos por parte de los docentes y las universidades que son bien valorados por la mitad de los estudiantes. Pero eso, también significa que poco más de la mitad de los estudiantes no está haciendo una valoración positiva, que se debe mejorar en cuanto a la utilización de las tecnologías para proveer al estudiante de una metodología que se adecue a los estilos de aprendizaje que tiene su diversidad, los dispositivos que utiliza y la conectividad a la que accede; es decir, que el docente debe contar con las habilidades tecnológicas necesarias para responder a esa diversidad.
Un 71.4% de los estudiantes, consideran que aprenden menos en lo virtual. Debería ser una preocupación pues, aunque se ha respondido con el uso de plataformas y aplicaciones, el resultado, en términos de aprendizaje no está resultando como lo esperado. Se explica eso, a partir de que un grupo de los docentes (aproximadamente el 50%) ha aprendido por la necesidad de responder a la emergencia. Es importante, entonces, iniciar los procesos de formación de docentes que mejoren las destrezas que han adquirido de forma empírica en el uso de las tecnologías.
Las evaluaciones virtuales son percibidas por más del 40% de los estudiantes, como más difíciles, no deberían serlo, sin embargo, la limitada habilidad del docente, en el porcentaje señalado previamente, puede convertir al proceso evaluativo en una complicación tanto para él como docente, como para el estudiante. En ambos lados, existe debilidad en el manejo de las tecnologías de comunicación y educación. A pesar de ello, apenas 23% de los estudiantes, consistente con el 25% de quienes ya han tenido la experiencia virtual, consideran que las evaluaciones virtuales, son más fáciles que las presenciales.
La crisis puede verse como un revés o como una oportunidad. En la educación superior hay oportunidades: Quienes nunca tuvieron antes, asignaturas virtuales las han tenido de forma obligada, y ahora consideran positivo tener más clases virtuales. El 29% aún debate en sus valoraciones propias, si debería o no tener sesiones virtuales. ¿Qué les impide tomar una decisión? Una explicación puede ser que, no tenemos toda la experiencia de educación virtual por ahora, en su versión “purista”, tenemos un proceso educativo que se vale de tecnologías pero que en muchos casos, no aplica la filosofía educativa de la virtualidad.
A manera de conclusiones
· El grupo encuestado corresponde en su mayoría a estudiantes de primer año, de nuevo ingreso. Esa también es la forma como se estructura la población universitaria en cualquier Institución educativa de nivel superior.
· Tres cuartas partes de los encuestados nunca tuvieron antes una experiencia de educación virtual universitaria, eso puede sesgar sus apreciaciones y opiniones, ya que son procesos inéditos.
· Un grupo de docentes, superior al 50%, utiliza una sola aplicación o plataforma para servir sus clases.
· Los docentes más hábiles, utilizan de dos a tres tecnologías para la formación, lo que facilita el aprendizaje del estudiante.
· Tres cuartas partes de los estudiantes perciben más difícil el aprendizaje con educación virtual.
· Los que piensan que la educación virtual es más fácil, lo justifican en los horarios y en la amplitud de tecnologías que se usan.
· Los que piensan que la educación virtual es más difícil, lo justifican en la falta de presencialidad del docente y la falta de una conectividad adecuada (que también puede ser un dispositivo adecuado)
· Un 33% de los encuestado utiliza el móvil como forma privilegiada para la educación virtual, utilizando “datos” de su teléfono. Otro grupo mayor, casi del 60%, usa la wifi de su hogar. Probablemente también usa la pantalla de su móvil para su educación.
· Un 40% considera que su profesor es un experto en el uso de tecnología y otro 40% considera que su docente se esfuerza por salir adelante, pero que le falta experiencia.
· Casi la mitad de la población piensa que la educación virtual que recibe es buena o muy buena. Igualmente, poco más de la otra mitad, la considera con deficiencias.
· Un 70% considera que aprende menos que en lo presencial
· Poco menos de la mitad de los estudiantes, considera que la evaluación virtual es más compleja que la presencial.
· Hay una oportunidad para fortalecer los procesos de educación virtual, ya que casi la mitad de los encuestados ve positivo seguir usando educación en esta modalidad.
Referencias
BBC. (6 de frbrero de 2020). BBC. Obtenido de https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51400608
Briñis Zambrano, A. (30 de abril de 2020). entrevista. (jm, Entrevistador)
Corpeño Gochez, W. (29 de abril de 2020). educación virtual. (jm, Entrevistador)
Curci, R. (2004). La educación superior virtual en América Latina y El Caribe. México, México: UNESCO.
Excelsior. (12 de marzo de 2020). Excelsior. Obtenido de https://www.excelsior.com.mx/global/el-salvador-anuncia-medidas-extremas-por-el-coronavirus/1369448
Maldonado, A. (30 de abril de 2020). entrevista. (jm, Entrevistador)
Phone service. (5 de mayo de 2020). Phone service. Obtenido de https://www.phoneservicecenter.es/blog/que-son-los-datos-moviles/
Scharer, R. (6 de abril de 2020). BBC Mundo. Obtenido de https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52182841
WHO. (30 de abril de 2020). OMS-WHO. Obtenido de https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public/q-a-coronaviruses
[1] Los datos móviles son los datos destinados para el uso de internet en teléfonos. Su uso es la cantidad que sube o descarga tu móvil al utilizarlos. Tu plan de datos lo contratas con tu operadora móvil y puedes cambiarlo en cualquier momento. (Phone service, 2020)