Crónica de viaje: Bogotá ¿Un canelazo?
Noche de viernes. Es abril de 2010.
Llegó la noche y yo, con ganas de cenar algo ligero en cualquier lugar He comido poco durante el día, en esta reunión de digamos, escritores de artículos sobre pacificación y procesos de transición, somos diez, algunos vienen de África, otros de Oceanía y yo, de Centroamérica.
…Pero, es que ha sido demasiado: desayuno-mas comida-almuerzo-mas comida... así que pienso que la cena no deberá ser mucho, quiero algo suave.
Llega el autobús a recogernos al hotel para irnos de cena. Ya antes alguien me ha señalado hasta donde vamos, "Es allá arriba en Monserrate", miro y veo luces en una montaña que esta sobre Bogotá, que ya se encuentra a 2,600 metros sobre el nivel del mar.
Tengo sueño y me conflictúo si ir o no ir, lo valoro bien y voy. La verdad, me habría gustado tomar un taxi, dar unas vueltas por La Candelaria, el más famoso barrio de Bogotá, y zamparme dos o tres roncitos, para conocerle mas de cerca. Ni modo.
Subimos al autobus y éste comienza su ascenso, atravesando la ciudad de poco mas de 8 millones de habitantes, un poco mas grande que mi novia, San Salvador, de apenas 2.4 millones.
Otty Patiño se encarga de contarnos de Santa Fé de Bogotá, ciudad originada en 1538, nos habla de su crecimiento a un lado de la ciudad (norte o sur?) y luego al otro (norte o sur?). Cierro los ojos para tratar de dormir un poquín, y oigo repentinamente que alguien dice "bajemonos acá", abro las pepas y veo, un sitio parecido a alguno de los barrios de San Salvador, como el San José o el San Francisco, o Concepción. ¿Donde estamos? "En la Candelaria", me contestaron. vaya, mi anhelo cumplido!!!
Alegre y molesto conmigo, no traje mi cámara. No puedo tomar fotos, no tengo libreta, no traigo lapicero. Dependo de mí, solo de mí y mi memoria que es poco menos que nada.
Caminamos por las calles antigüas del añejo barrio, me maravillé con una de las iglesias barrocas del lugar, y nadie me pudo decir su nombre, seguimos en las oscuras, demasiado oscuras calles de La Candelaria.
Lucas, un bogotano super amable y con diez mil capacidades me sirve de guía un poco. Lucas es Licenciado en Ciencias Políticas, así que, se habla bien con él. Le agradezco infinito, le pregunto y me responde.
- Esta es la Casa del presidente
- ¿Ah sí? ¿Vive ahí?
- Sí, asi es...
- Y... ¿donde atiende?
- ¿Atiende?
- Digo... ¿donde está su oficina?
- Ahí mismo...
- Ahhh esta cabrón, le digo, vivir y atender en el mismo lugar...levantarse enpiyamado y ver que ya lo están esperando para entrevista, leer o trabajar... es una mierda.
Escucho la risa de Lucas, sigo con mis preguntas... ¿Y eso qué es?
- El Congreso...
- Ah chucha, a la par de la casa del presidente....
En esas estamos cuando escuchamos un sonido, una bullanga, ya estamos cerca de la Plaza Mayor, y veo un puñado de jóvenes vestidos con camisas verdes "Antanas Mockus Presidente". Los jovenes rodean la plaza, se abrazan y miran hacia el centro de la Plaza donde se encuentra una pequeña, humilde, oscura estatua. Bolívar rodeado de jóvenes ansiosos del cambio. Pienso que es un buen paisaje para una fotografía..o para mil.
Yo sin cámara y las imágenes cruzando una a una frente a mis ojos. No puede ser, pero es.
Me parece un espectáculo formidable, la casa del presidente, el congreso, la alcaldía, la catedral, y Bolívar. Antanas aspira, de las manos de los colombianos ser su presidente. Shadia (Shadia Marhaban, una activista politica, constructora de capacidades y mediadora política de Aceh, una provincia de Indonesia) me mira suplicante con su cámara en la mano, agarro tres o cuatro jóvenes los paro a un lado de Shadia, ellos felices sacan afiches, se tocan la camiseta verde y ella sonríe, agradecida que le tomo las fotos para preservar el momento, "Thank you, thank you, thank you" me dice... sonrío nada más.
Seguimos caminando La Candelaria hasta llegar a Chorro de Quevedo... el lugar donde se origina la ciudad de Bogotá, dicen. ¿Cuantos años tiene? No sé, pero si bien es cierto la ciudad se funda en 1538, estoy seguro que esta iglesita no estaba ahí en ese año. Entramos a un barcito, a ver si entraba algo por la boca, algo para adorar a Baco. Nada, el aútobus llegó y debemos marcharnos.
Seguimos cuesta arriba, y llegamos a una estación de teleférico, de inmediato pienso, "que mierda, que mierda, yo que apenas me puedo subir a una escalera, hoy debo subirme a esta putada".
Veo los precios 17,000 pesos, me suenan a exageración, hago conversiones y me salen menos de $10. Diez dólares por subirse a una mierda que lo puede matar a uno, que ya anda con un hilo amarrado el corazón, y que bien se puede morir de un susto. Bueno, me digo, "ya estoy aquí y nada de ahuevarse".
Subimos al asunto bendito, después de que nos han ofrecido un amaretto, de seguro para agarrar valor, yo acostumbrado a un poco mas de ron, me parece una invitación débil. Subimos y decido disfrutar del paisaje, siento que alguien me toma por detras de la camisa y dice "I can not see", volteo y de nuevo es Shadia, que va cerrando los ojos y abriendolos intermitentemente. Don´t Worry, I´m here, don´t be afraid dije. Me da su mano y está helada, me río, como me río, yo, sonoramente. Me gusta el paisaje, pero no la altura, la ciudad se va casi completa, grandiosa, iluminada y profunda. Llegamos y veo un rótulo: altura 3,150 metros sobre el nivel del mar.
Yo, que vengo de los apenas 679 de San Salvador, me parece el cielo.
Inicia la cena, y me sirven un trago de guaro - guaron, mezclado en dos partes de miel hecha de azucar, canela, clavo y limón. Me zampé dos o tres, si no, no bajo. ¿Disculpe señor... como se llama esto?
- Canelazo señor.
- Sirvame otro, ¿esta bien?
La noche siguió en buena conversación, creo el canelazo me enseñó a hablar inglés, era muy fluido.
Noche de viernes. Es abril de 2010.
Llegó la noche y yo, con ganas de cenar algo ligero en cualquier lugar He comido poco durante el día, en esta reunión de digamos, escritores de artículos sobre pacificación y procesos de transición, somos diez, algunos vienen de Africa, otros de Oceanía y yo, de centroamérica. Pero es que ha sido demasiado: desayuno-mas comida-almuerzo-mas comida... así que pienso que la cena no deberá ser mucho, quiero algo suave.
Llega el autobús a recogernos al hotel para irnos de cena. Ya antes alguien me ha señalado hasta donde vamos, "Es allá arriba en Monserrate", miro y veo luces en una montaña que esta sobre Bogotá, que ya se encuentra a 2,600 metros sobre el nivel del mar.
Tengo sueño y me conflictúo si ir o no ir, lo valoro bien y voy. La verdad, me habría gustado tomar un taxi, dar unas vueltas por La Candelaria, el más famoso barrio de Bogotá, y zamparme dos o tres roncitos, para conocerle mas de cerca. Ni modo.
Subimos al autobus y éste comienza su ascenso, atravesando la ciudad de poco mas de 8 millones de habitantes, un poco mas grande que mi novia, San Salvador, de apenas 2.4 millones.
Otty Patiño se encarga de contarnos de Santa Fé de Bogotá, ciudad originada en 1538, nos habla de su crecimiento a un lado de la ciudad (norte o sur?) y luego al otro (norte o sur?). Cierro los ojos para tratar de dormir un poquín, y oigo repentinamente que alguien dice "bajemonos acá", abro las pepas y veo, un sitio parecido a alguno de los barrios de San Salvador, como el San José o el San Francisco, o Concepción. ¿Donde estamos? "En la Candelaria", me contestaron. vaya, mi anhelo cumplido!!!
Alegre y molesto conmigo, no traje mi cámara. No puedo tomar fotos, no tengo libreta, no traigo lapicero. Dependo de mí, solo de mí y mi memoria que es poco menos que nada.
Caminamos por las calles antigüas del añejo barrio, me maravillé con una de las iglesias barrocas del lugar, y nadie me pudo decir su nombre, seguimos en las oscuras, demasiado oscuras calles de La Candelaria.
Lucas, un bogotano super amable y con diez mil capacidades me sirve de guía un poco.Lucas es Licenciado en Ciencias Políticas, asi que se habla bien con él. Le agradezco infinito, le pregunto y me responde.
- Esta es la Casa del presidente
- ¿Ah sí? ¿Vive ahí?
- Sí, asi es...
- Y... ¿donde atiende?
- ¿Atiende?
- Digo... ¿donde está su oficina?
- Ahí mismo...
- Ahhh esta cabrón, le digo, vivir y atender en el mismo lugar...levantarse enpiyamado y ver que ya lo están esperando para entrevista, leer o trabajar... es una mierda.
Escucho la risa de Lucas, sigo con mis preguntas... ¿Y eso qué es?
- El Congreso...
- Ah chucha, a la par de la casa del presidente....
En esas estamos cuando escuchamos un sonido, una bullanga, ya estamos cerca de la Plaza Mayor, y veo un puñado de jóvenes vestidos con camisas verdes "Antanas Mockus Presidente". Los jovenes rodean la plaza, se abrazan y miran hacia el centro de la Plaza donde se encuentra una pequeña, humilde, oscura estatua. Bolívar rodeado de jóvenes ansiosos del cambio. Pienso que es un buen paisaje para una fotografía..o para mil. Yo sin cámara y las imágenes cruzando una a una frente a mis ojos. No puede ser, pero es.
Me parece un espectáculo formidable, la casa del presidente, el congreso, la alcaldía, la catedral, y Bolívar. Antanas aspira, de las manos de los colombianos ser su presidente. Shadia (Shadia Marhaban, una activista politica, constructora de capacidades y mediadora política de Aceh, una provincia de Indonesia) me mira suplicante con su cámara en la mano, agarro tres o cuatro jóvenes los paro a un lado de Shadia, ellos felices sacan afiches, se tocan la camiseta verde y ella sonríe, agradecida que le tomo las fotos para preservar el momento, "Thank you, thank you, thank you" me dice... sonrío nada más.
Seguimos caminando La Candelaria hasta llegar a Chorro de Quevedo... el lugar donde se origina la ciudad de Bogotá, dicen.¿Cuantos años tiene? No sé, pero si bien es cierto la ciudad se funda en 1538, estoy seguro que esta iglesita no estaba ahi en ese año. Entramos a un barcito, a ver si entraba algo por la boca, algo para adorar a Baco. Nada, el aútobus llegó y debemos marcharnos.
Seguimos cuesta arriba, y llegamos a una estación de teleférico, de inmediato pienso, "que mierda, que mierda, yo que apenas me puedo subir a una escalera, hoy debo subirme a esta putada".
Veo los precios 17,000 pesos, me suenan a exageración, hago conversiones y me salen menos de $10. Diez dólares por subirse a una mierda que lo puede matar a uno, que ya anda con un hilo amarrado el corazón, y que bien se puede morir de un susto. Bueno, me digo, "ya estoy aquí y nada de ahuevarse".
Subimos al asunto bendito, después de que nos han ofrecido un amaretto, de seguro para agarrar valor, yo acostumbrado a un poco mas de ron, me parece una invitación débil. Subimos y decido disfrutar del paisaje, siento que alguien me toma por detras de la camisa y dice "I can not see", volteo y de nuevo es Shadia, que va cerrando los ojos y abriendolos intermitentemente. Don´t Worry, I´m here, don´t be afraid dije. Me da su mano y está helada, me río, como me río, yo, sonoramente. Me gusta el paisaje, pero no la altura, la ciudad se va casi completa, grandiosa, iluminada y profunda. Llegamos y veo un rótulo: altura 3,150 metros sobre el nivel del mar.
Yo, que vengo de los apenas 679 de San Salvador, me parece el cielo.
Inicia la cena, y me sirven un trago de guaro - guaron, mezclado en dos partes de miel hecha de azucar, canela, clavo y limón. Me zampé dos o tres, si no, no bajo. ¿Disculpe señor... como se llama esto?
- Canelazo señor.
- Sirvame otro, ¿esta bien?
La noche siguió en buena conversación, creo el canelazo me enseñó a hablar inglés, era muy fluido.